En su intervención, la Dra. Fabiola Colmenero Fonseca, especialista en innovación tecnológica de materiales y sustentabilidad de los hábitats, consideró que en México se registra un retraso en cuanto al concepto de Ciudades Prósperas, a causa de un uso deficiente de nuestros recursos, lo que ha permitido que otras naciones hayan adelantado con respecto a la sostenibilidad ambiental orientada al sector inmobiliario, por ejemplo, y que en general, el uso de la Inteligencia Artificial aplicada a los materiales, establece una marcada diferencia entre algunos países de Europa y América Latina.

 

Apuntó que específicamente, el Bajío mexicano es una fuente de inversión inmobiliaria muy importante y un polo de atracción para las nuevas tecnologías de los materiales que involucran los elementos bio que ya se están industrializando y que inciden en la economía como partes de una oportunidad de empleo, que a su vez va a promover la inclusión social y que, en el sector inmobiliario, señaló que más allá de los términos puramente económicos, lo que hay que privilegiar es un entorno favorable para las personas.

 

La sociedad 5.0 que se ha desarrollado principalmente en Europa y en los países árabes, representan entornos favorables para el emprendimiento que involucran aspectos de desarrollo energético y de Inteligencia Artificial. Las pruebas de materiales sobre aspectos benéficos clave, van a fomentar la innovación y van a mejorar el manejo de los residuos de la demolición y la deconstrucción, los cuales requieren de un ente de gobierno y una política pública capaz de determinar donde se van a disponer finalmente estos residuos y se requiere que éstos, sean considerados, de manera ética, en una regulación dirigida hacia el desarrollo sostenible.

 

“Lo más importante es la educación desde los primeros años” subrayó y que “en el Bajío tenemos que fomentar el desarrollo económico para reducir la desigualdad social, lo cual puede lograrse aprovechando al máximo las oportunidades que se presentan. En este caso, hay una demanda y los desarrolladores inmobiliarios pueden aprovecharla llevando a cabo proyectos que se adapten a las necesidades culturales del mercado”.

Actualmente existe una gran falta de mano de obra calificada para realizar conservaciones y restauraciones en nuestro patrimonio, por lo cual muchas veces se prefiere demoler que conservar. Si no hay coordinación entre el gobierno, las empresas y la academia para crear soluciones innovadoras, no estamos logrando un desarrollo efectivo y esto se puede a hacer aplicando la inteligencia artificial.

En las Smart Cities, se están utilizando el Open Data través de los códigos y en nuestro caso lo podemos hacer a través de la codificación de los materiales, que usan un código LED, con los cuales se pueden hacer nuevos materiales y un cálculo de los residuos. Las políticas públicas en otros países están usando estos códigos para construir viviendas sostenibles favoreciendo a quien producen menos bióxido de carbono, lo que habla de una nueva filosofía de inversiones para tener viviendas accesibles. Asi tenemos una vivienda industrial basada en elementos naturales y en los conocimientos ancestrales. “El futuro sostenible no es más que voltear al pasado y reconectar con nuestra cultura”, consideró.

Finalmente, manifestó que una vivienda puede ser realizada utilizando materiales que pueden ser reciclados, con una eficiencia energética mejor. En los países más adelantados se están retomando los materiales y la forma de construir que teníamos en América Latina, con innovaciones tecnológicas para orientarla hacia la descarbonización de los edificios.